Washington como especulador de tierras

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Washington como especulador de tierras

Construyendo una Hacienda de Gentleman

El año de 1752 Washington realizó su primera compra de tierras, adquiriendo 1,459 acres de tierra a lo largo del arroyo Bullskin (en la actualidad, condado de Frederick, Virginia). Esta adquisición marcó el comienzo de la segunda fase de su carrera cartográfica, durante la cual funcionó como agente catastral para clientes privados y también como especulador de tierras. Durante un período de cincuenta años, seguiría realizando trabajos cartográficos buscando, comprando, midiendo y asentando propiedades en diferentes lugares. En 1800, su testamento contenía una lista de 52,194 acres que poseía en el momento de su muerte en Virginia, Pensilvania, Maryland, Nueva York, Kentucky, y en el valle del río Ohio. Además también poseía propiedades en forma de lotes en varias ciudades y pueblos, entre ellas Winchester, Bath (actualmente Berkeley Springs, en Virginia Occidental), y Alexandria, Virginia, y la recién creada Ciudad de Washington.

En 1758 Washington salió de servicio militar y regresó a una vida privada. El 6 de enero de 1759 se casó con Martha Custis, viuda adinerada con dos hijos, de una plantación vecina. Casi inmediatamente después de regresar a Mount Vernon, Washington comenzó a hacer mejoras en su nueva propiedad, y no pasó mucho tiempo antes de que deseara ampliarla incluso más. En 1760, su vecino, William Clifton, se acercó a Washington con una oferta para venderle un terreno de 1,806 acres, ubicado a lo largo del río Potomac en la frontera norte de Mount Vernon, por el precio de 1,150 esterlinos. Los dos hombres, que eran rivales amigables, comenzaron negociaciones sobre el asunto, pero antes de que pudieran completar el trato, Clifton se puso de acuerdo con la venta del terreno a otro de los vecinos de Washington, Thomson Mason, por 1,214 esterlinos. A pesar de un acuerdo vinculante para vender el inmueble a Washington y una serie de furiosas cartas, Clifton se retiró del trato. Finalmente, Washington pagó el precio mayor, de 1,250 esterlinos, para asegurarse el terreno. Esta área se conocería como la granja de río de los Washington.

Aquí se muestran dos mapas de los terrenos de Clifton Neck, que se encuentran entre los mapas más antiguos que se conservan de las granjas individuales de Mount Vernon. El primero es un mapa que Washington copió en 1760, probablemente durante el proceso de compra del inmueble. Bautizado como "Plan of Mr. Clifton's Neck Lands from an original by T.H. made in 1755 & Copied by: G. Washington 1760", incluye los cursos y distancias del perímetro y de cada campo bajo cultivo en el terreno. El plan también incluye una extensa lista de personas que trabajan la propiedad. Siete años después, Washington elaboró un mapa de una porción mucho más pequeña-846 acres-entre los arroyos Little Hunting Creek y el más pequeño Poquoson Creek, con el título "Plan Of My Farm of Little Hunting Creek".

Las granjas Union, Dogue Run y Muddy Hole se encontraban al norte de la granja Mansion House, junto al arroyo Dogue. Estas también se agregaron al patrimonio a través de la compra de tierras. En 1762 y 1765 Washington compró dos terrenos a lo largo del arroyo Dogue a su amigo George Fairfax (hijo del Lord Fairfax) por £360 esterlinos cada uno. En 1766 adquirió 300 acres a lo largo del arroyo Little Hunting Creek de la viuda Elizabeth Reed. Este terreno colindaba con el terreno que Washington había comprado en 1748 para formar los iniciales 267,5 acres que conformaron el patrimonio original de Mount Vernon. El interés personal de Washington en la medición y el mapeo de las tierras a lo largo del río Potomac y sus afluentes, y el uso de planes de medición en la compra de sus propias tierras, se evidencian en estos y en numerosos otros mapas que se conservan en la División de Geografía y Mapas.

Washington no perdió interés en el mantenimiento y la administración de sus tierras cuando se desempeñaba como General del Ejército Continental y como Presidente de los Estados Unidos. Entre 1786 y 1799, intercambió aproximadamente treinta cartas con Arthur Young, un defensor de la mejora agrícola en Gran Bretaña. Young y Washington eran almas gemelas en la búsqueda de métodos innovadores de rotación de cultivos y enfoques científicos para el mejoramiento de los animales de granja. Washington era un estudiante particularmente avezado de las diferentes etapas del cultivo de los cultivos, tal y como se veían afectados por los cambios climáticos, tal como queda demostrado en su carta del 26 de agosto de 1793 a Young, en la que adjuntó un mapa de sus tierras y describió la cantidad de terreno cultivado en cada una de sus cinco granjas: Union, Dogue Run, Muddy Hole, Mansion House y River. Washington también enumeró los cultivos que crecían en cada ubicación: tabaco, trigo, maíz, papas, cebada, centeno, trébol, mijo, frijoles, cáñamo y lino. En su condición de científico y cartógrafo, Washington no estaba reportando sólo hechos a su corresponsal. Había creado un mapa de sus granjas que estaba específicamente diseñado para ilustrar la distribución de ciertos cultivos en lugares específicos.

Las Tierras del Oeste y la Recompensa de la Guerra

La participación de Washington en la medición y la elaboración de mapas, y su deseo de acumular posesiones de tierras personales más allá de las de su patrimonio de Mount Vernon y otros bienes rurales en Virginia, le hizo tener un gran interés en los problemas que rodeaban las especulaciones sobre tierras. La controversia sobre la distribución de las tierras de recompensa militar es sólo un ejemplo del apoyo de Washington a la causa de sus compañeros veteranos y de su propio afán agresivo por hacer valer grandes reclamos de tierras.

Al estallar la guerra entre franceses e indios, el gobernador en jefe Dinwiddie emitió un pronunciamiento el 5 de marzo de 1754, con el objetivo de fomentar el reclutamiento en las milicias coloniales para la guerra contra los franceses. Además del salario, a aquellos que se unieron al Regimiento de Virginia constituido bajo el mando del Teniente Coronel George Washington se les prometió, además, una parte de doscientos mil acres al oeste del río Ohio. Sin embargo, como resultado, los soldados de Virginia que habían luchado junto a Washington en las expediciones Braddock y Forbes contra los franceses en Fort Duquesne, no verían esas tierras de recompensa hasta dentro de otros veinte años, después de que Washington hubiera liderado la lucha para asegurarles el título.

El año de 1763, el fin formal de la Guerra de los Siete Años -la guerra mundial entre Gran Bretaña y Francia-, trajo esperanzas de que las tierras de recompensa militar pronto serían concedidas. Sin embargo, esas esperanzas se desvanecieron con la emisión de la Proclamación Real de 1763 (entre sus disposiciones, prohibía a los gobernadores coloniales emitir patentes para las concesiones de tierras situadas al oeste de las montañas de Allegheny). No obstante, Washington continuó adelante, como sugiere la siguiente carta a William Crawford, un agente catastral de Pensilvania:

"Nunca podré ver la PROCLAMACIÓN en otro punto de vista (pero esto lo digo entre nosotros) que como un expediente temporal para tranquilizar las mentes de los indios, y que debe caer en forma natural, en unos pocos años, especialmente cuando esos mismos indios consenten que nosotros poseamos las mismas tierras. Por lo tanto, cualquier persona que se niegue a buscar buenas tierras, y en cierta medida marcar y distinguir estas tierras frente a otras personas, con el fin de que puedan poseerlas -nunca las recuperarán. En base a este principio, me permito molestarle para que encuentre y me midan las mejores tierras en el río Ohio y sus afluentes, que pueda. Cuando haya encontrado el lugar deseado, puede tachetear los árboles, o hacer alguna otra distinción en la tierra, para que la gente sepa que ha sido ocupada; porque los indios conocen muy bien estas tierras como lo hacemos nosotros: si está dispuesto a hacerse cargo de la molestia de buscar las tierras, me tomaré a mi cargo el papel de asegurármelas lo antes posible, cuando se pueda hacer y, además de eso, me costearé todos los gastos y cargos de medir y patentar las mismas. . . . debe saber que mi Int